Según las Naciones Unidas, el uso extenso de plaguicidas y antibióticos es responsable de 900.000 muertes humanos, y propone la agroecología como solución alternativa. Por la FAO, la agroecología consiste en aplicar conceptos y principios ecológicos con el fin de optimizar las interacciones entre plantas, animales, seres humanos y medio ambiente, en buscar soluciones locales y vínculos con la economía y los mercados locales, y favorecer la permanencia de los agricultores en el campo gracias al mejoramiento de sus medios de subsistencia y su calidad de vida. En este contexto, el CIRAD estudia los mecanismos biofísicos y las interacciones dentro de los agro-sistemas para mejorar la regulación natural, diseña y evalúa el desempeño de los sistemas de producción, y acompaña sus actores. Hasta hoy, el Cirad ha implementado varios sistemas agroecológicos para tratar problemas fitosanitarios locales, como por ejemplo el cultivo de chayote, la caña de azúcar, o las huertas de Mango en la Isla de la Reunión. El Cirad considera también problemas fitosanitarios al nivel regional o continental, tal la invasión de la África por Spodoptera frugiperda. Para apoyar su investigación, que sea al nivel local o regional, el Cirad desarrolla tecnologías en colaboración con socios, tal la plataforma de ciencia participativa sobre la diversidad vegetal llamada Pl@ntnet, o de la construcción de sistema a base de conocimientos para encontrar planta a multiuso tal PPAf. Para comprender los sistemas locales de innovación y fomentar las condiciones que favorecen la apropiación del conocimiento técnico, el Cirad ha desarrollado el método ImpresS, que permite evaluar los impactos de una innovación. Finalmente, implementar la agroecología requiere pensar sistemas productivos a la escala de la región, y considerar ciudades en estrategias regionales de seguridad alimentaria y nutricional. La iniciación de la transición agroecológica impone establecer un diagnostico regional sobre las situaciones ali